jueves, 25 de marzo de 2010
Happy Day
Hoy voy a hablar de los nefastos efectos que puede tener la publicidad sobre los productos que nos gustan. En madrid hay un lugar donde se venden muffins, galletas, rosquillas, tartas, pasteles etc. que paracen salidos de los Simpson. Es decir, están decorados con golosinas, virutas de colores, cremas azules, moradas, rojas, verdes...y además están riquísimos. El problema está en que desde que esta tienda salió en un reportaje de Vogue como lo más "in" en cuanto a dulces se refiere, sus precios han subido, si antes un muffin te valía dos euros ahora te cuesta dos cincuenta y así todos los productos. Hoy quiero exponer a adebate lo que creo que es un error por parte de estos negocios. Es decir, si hay algo original y que nos gusta, a menudo llegan los medios representantes de los "fashion victims" y nos estropean el chiringuito. A las lectoras de Vogue probablemente les ha dado lo mismo que Happy Day aparezca en un reportaje más allá de satisfacer su vista con estos deliciosos y llamativos dulces, sin embargo, a buenas amigas y consumidoras de ese local sí que les ha fastidiado que, derepente, y de un día para otro, sus deseados postres sean más caros. Direís que cincuenta céntimos no es para tanto, pero por diez euros antes me compraba cinco muffins y ahora sólo cuatro, y esto fastidia. Sobretodo porque no son más grandes ni más coloridos, sólo han salido en una revista que ni siquiera leo. Así que por favor, dejen de fastidiarnos con esos reportajes tan "chic", si eso va a repercutir en nuestras costumbres negativamente.
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La verdad es que muchas veces no es necesario que salgan en ninguna revista. A mí me pasó algo similar, solo que fue por el boca a boca: un local que tenía las bebidas muy economicas...aunque en sí, el lugar era un poco cutre. La gente comenzó a comentarlo por ahí y ahora, ya no solo es más caro, sino que ha cambiado totalmente su apariencia...ya no es lo mismo...
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